martes, 21 de septiembre de 2010

Amerita reservar un lugar para las palabras nuevas

Algo que nos pasa a quienes vivimos afuera del lugar donde nacimos es que no renovamos nuestro vocabulario con aquellas palabras que se ponen de moda en nuestra ciudad de origen. El "no sos de acá" se nos nota principalmente en dos aspectos: en la tonada más suave, sin tantas marcas o no tan pronunciadas como los "locales", aunque de cierta manera seguimos siendo locales, ¿o acaso no estamos hablando de donde nacimos y fuimos criados? Y también porque a veces usamos palabras de otras épocas o desconocemos las que están de onda en el habla de hoy. Qué copado, ¿no? (uy, uy, con esta palabra lo dije todo, a qué época de la city porteña nos remite, ejem, ejem...).

En mi útlimo viaje a Buenos Aires me sorprendió una palabra que me llegaba con ruido y me produjo cierta molestia auditiva al principio, supongo que porque antes no se usaba, o no tanto como ahora. Al principio no distinguía bien qué palabra era, pero como me la repitieron diversas veces en muy distintas ocasiones, ahora ya la tengo más que incorporada. Es más, diría que terminó conquistándome.

Con una compañía más que especial, en un momento también especial en el que el pasado y el presente se tocan y se miran, pasamos por un lugar que me quedé con las ganas de conocer: el restaurante de La Bodega del Fin del Mundo. Pero no pudimos entrar porque en cuanto llegamos nos informaron que era imposible conseguir una mesa y que deberíamos haber reservado con anticipación, más siendo un sábado a la noche en pleno Palermo Hollywood.
Cuestión que la recepcionista nos despidió con un "Amerita reservar". Hete aquí que este verbo todavía ni está en el DRAE, pero sí ya ha sido completamente incorporado al habla porteña de hoy.

Ah, ¿sobre la Bodega del Fin del Mundo? Sin duda, amerita volver a Buenos Aires, hacer la reserva y probar las exquisiteces del lugar y sus vinos patagones. ¡Por supuesto siempre en buena compañía!


Entren a la página del restaurante para curiosear y lean esta reseña. También acá tienen una definición de ameritar de la Academia Peruana de la Lengua, aunque confieso que no he buscado mucho, me bastan las experiencias porteñas para entender los sentidos de la nueva palabrita.

Estoy contenta de haber retomado el blog, a ver si ahora le damos con más frecuencia. Les recuerdo que mi propuesta no es académica ni nada eso, podrán ver que aunque las experiencias lingüísticas transitan por aquí y me inspiran, lo que me mueve a escribir es algo mas íntimo.